La calidad del alimento es clave para el rendimiento animal y su rentabilidad. Tanto los procesos microbiológicos como químicos de las materias primas y el alimento disminuyen su valor nutricional y los contaminan con moléculas peligrosas. Los contaminantes microbiológicos incluyen mohos, levaduras y bacterias que conducen al deterioro de los nutrientes y la producción de compuestos tóxicos. Los contaminantes químicos pueden ya haber estado presentes en las materias primas desde el inicio y deben ser monitoreados de cerca (por ejemplo, metales pesados, pesticidas) o pueden aparecer debido a reacciones químicas en el alimento, como la autooxidación.
Los escándalos en el sector alimentario, la prohibición de los antibióticos y la opinión pública sobre los alimentos seguros, ponen especial énfasis en la prevención de la contaminación bacteriana y el mantenimiento de la higiene de los alimentos y los estándares de calidad. Toda la cadena de producción, desde los productores de materia prima hasta los agricultores, debe participar en este proceso "de la granja a la mesa": la alimentación segura es el primer paso para garantizar alimentos seguros. Si bien la higiene de los alimentos sigue siendo el principal factor determinante de la prevalencia de ciertas bacterias en la carne, debe controlarse cualquier riesgo de contaminación de los alimentos con bacterias potencialmente patógenas y deben tomarse medidas correctivas. Además de Salmonella y E. coli, otros patógenos transmitidos por los alimentos como Listeria y Campylobacter son de gran preocupación debido a su relación con la resistencia a los antibióticos.
Un programa integral de higiene de los alimentos debe incluir un programa claro de identificación de riesgos: una lista de los riesgos, la evaluación de su gravedad y la probabilidad de ocurrencia, incluida la prevención óptima / medidas correctivas y el monitoreo.
La gama de productos ConSept® ofrece conceptos de conservación escrupulosamente premeditados que contribuyen a una mejor calidad de alimentación básica, ofrecen un mayor periodo de conservación y salvaguardan la calidad nutricional y la palatabilidad. La selección se basa en componentes activos, mezclas tamponadas o no tamponadas, aplicación líquida o seca, corrosividad, etc. Basado en el conocimiento y la experiencia, Innovad® puede definir con el cliente el producto y la aplicación más adecuados.
Los ácidos orgánicos como agentes antimicrobianos funcionan de dos maneras distintas:
A diferencia de los antibióticos, la actividad antimicrobiana de los ácidos orgánicos depende del pH. Con un bajo pH, los ácidos orgánicos se encuentran principalmente en su forma no disociada. En consecuencia, la actividad antimicrobiana de los ácidos orgánicos es mayor cuando el pH es bajo.
La reducción en el uso de los promotores de crecimiento antimicrobiano (AGP) en la alimentación animal resulta en un aumento considerable en la incidencia de ciertas enfermedades en aves de corral como la enteritis necrótica y la salmonelosis aviar. Los ácidos orgánicos pueden proporcionar una alternativa antimicrobiana a los antibióticos. La Dra. Alireza Khadem analizó las actividades antibacterianas de ConSept CF60® contra C. Perfringens, Salmonella y E. coli aisladas del intestino de los pollos.