Como resultado del estancamiento de la pesca y el rápido crecimiento de la producción acuícola, la acuicultura se ha convertido en la principal fuente de pescados y mariscos en la mayor parte del mundo. Por lo tanto, el porcentaje de consumo de harina y aceite de pescado en la acuicultura va progresivamente en aumento, afectando sus precios respectivamente. La eficiencia alimenticia del sector ha mejorado simultáneamente, reduciendo los índices de conversión de alimento (FCR) para peces piscívoros. El progreso de la acuicultura depende de estos avances nutricionales y tecnológicos específicos en la formulación de alimentos. Sus principales retos son:
Para optimizar la eficiencia de costos, las fuentes de proteína de origen vegetal más baratas se procesan a menudo en harinas de camarón, lo que trae como resultado un mayor riesgo de contaminación por micotoxinas. Por lo tanto, se recomienda una buena estrategia de prevención y protección de micotoxinas. Dado que se restringe el uso de antibióticos, es fundamental desarrollar estrategias rentables alternativas a antibióticos para garantizar la sostenibilidad a largo plazo de la producción de camarón.
Las industrias mundiales de la pesca y la acuicultura se enfrentan a diferentes desafíos a largo plazo para el crecimiento sostenible en la acuicultura. Se sabe que la enfermedad causada por infecciones y microorganismos es una de las principales limitaciones en la industria de la acuicultura, y los peces pueden ser susceptibles a tales enfermedades, independientemente del estado nutricional. Los piensos que contienen antibióticos se usan comúnmente para tratar enfermedades, lo cual es problemático por diferentes razones.